Descansar bien es fundamental para el crecimiento y desarrollo saludable de nuestros hijos, es por eso que como padres, nos preocupa tantísimo que su sueño ocurra en circunstancias óptimas, brindarles el mejor apoyo para que puedan descansar adecuadamente y despertarse renovados cada mañana, aunque esto suponga que nosotros tengamos que hacer toda clase de malabares para que, al menos ellos, tengan un sueño totalmente reparador.
El sueño desempeña un papel fundamental en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños. Durante el sueño, se producen importantes procesos de consolidación de la memoria, crecimiento celular y reparación de tejidos. Un sueño de calidad también mejora la concentración, el estado de ánimo y el rendimiento académico, seguro que tú, que probablemente estés falta de sueño, sepas en primera persona lo mucho que puede afectarte su falta.
Los apoyos de sueño guardan una relación directa con la regulación emocional
Y pese a eso han ido adquiriendo mala fama en los últimos tiempos, pero no solo son naturales sino necesarios, aunque por supuesto no todos son igualmente efectivos o sostenibles a largo plazo.
Hoy quiero hablarte precisamente de la importancia de apoyar el sueño de nuestros hijos y ayudarte a encontrar estrategias que sean duraderas y beneficiosas para el bienestar de toda la familia a largo plazo, ya que mecer enérgicamente a tu bebé subida en la pelota de Pilates puede funcionar realmente bien a corto plazo, pero a la larga puede dificultar su capacidad para conciliar el sueño sin ese estímulo tan intenso y que esto se convierta en una herramienta de regulación tan efectiva como poco realista si tienes que repetirla en innumerables despertares cada noche.
Si buscamos regulación, trabajar en la “no desregulación”, será el primer paso, y para ello, se hace imprescindible que sus expectativas y lo que ocurra sea lo más parecido posible
Una de las mejores formas de apoyar el sueño de nuestros hijos de manera sostenible es estableciendo rutinas y horarios regulares. Los niños se sienten más seguros y tranquilos cuando saben qué esperar y cuándo. Una rutina de sueño consistente, que incluya actividades relajantes antes de acostarse, puede ayudarles a prepararse mental y físicamente para dormir. Además, mantener horarios regulares de sueño contribuye a regular su reloj interno y facilita la conciliación del sueño.
Pero si bien es importante establecer rutinas antes de dormir, también es necesario tener en cuenta que la vida familiar puede ser impredecible. Es recomendable establecer rutinas flexibles que se adapten a los cambios y eventos cotidianos, sin dejar de brindar una estructura que permita a nuestros hijos sentirse seguros y tranquilos. Por ejemplo, si estamos de viaje o hay visitas en casa, podemos adaptar la rutina pero manteniendo elementos clave como la lectura de un cuento o el momento de calma antes de dormir.
Y hablando de regulación…
Si estás acostumbrada a leer sobre crianza quizá las palabras “autonomía”, “autorregulación”, “expectativas”, “acompañamiento” forman parte de tu lenguaje diario y por supuesto, también son importantes a la hora de trabajar en su descanso.
A medida que nuestros hijos crecen y van desarrollando nuevas herramientas de regulación con nuestro apoyo (succión, movimiento, contacto físico, etc.) podemos ir acompañándoles poco a poco a conquistar también su capacidad de autorregulación. Esto implica permitirles que experimenten y aprendan a dejarse llevar antes sus propias señales de sueño, evitando intervenir en exceso o anticiparse a sus necesidades siempre desde la seguridad y confianza en el apoyo absoluto de tu parte.
Para esto, es clave no tener urgencia por acabar con la situación, así como establecer periodos en los que iremos practicando estas habilidades por poco tiempo, tumbándonos a su lado y dando espacio para que ese aprendizaje y esa generación de nuevos vínculos (con otras personas, con otras formas de regularse), vayan ocurriendo.
Si ya sientes que estás atrapada en algún apoyo de sueño
Lo primero e importante es recordarte a ti misma que no hay nada malo en la situación, dado que si hasta ahora te has sentido bien, ha sido útil, lo has disfrutado, es porque esa era exactamente la dinámica que funcionaba para tu familia, así que fuera culpa y piensa en soluciones desde este momento que es cuando realmente ha surgido la dificultad.
Vamos a ver paso a paso cómo poder incorporar nuevos apoyos que te aporten a ti algo más de libertad y al peque el sostén que sigue necesitando.
Evaluar la situación actual
El primer paso es evaluar la situación actual e identificar esos apoyos de sueño en los que te gustaría trabajar, identificar los patrones y hábitos que te han dejado de funcionar, te ayudará a comprender la situación y buscar soluciones adecuadas. Puede que sea la succión (dormirse a la teta, biberón, chupete), quizá un movimiento excesivo para dormir, o que necesita un contacto poco realista para ti como que solo se duerme si es encima tuyo y en cuanto intentas moverte se despierta. Piensa cuáles son esas circunstancias y en qué orden quieres abordarlo (todo a la vez no es posible), empieza por el que ahora mismo esté suponiéndote mayor dificultad.
Establecer una estrategia de transición gradual
Por ejemplo, si tu hijo está acostumbrado a dormir encima de ti mientras paseas y le mueves y le cantas, podemos ir poco a poco con un esquema de este tipo:
- Primero, dejo de pasear y mantengo el movimiento y las canciones
- Voy haciendo un movimiento más suave mientras sigo cantando
- Sigo reduciendo la intensidad del movimiento, y voy intercalando momentos en los que canto y estoy quieta, con otros en los que le muevo más suavemente
- Ceso el movimiento por completo y voy intercalando canciones con momentos de calma total
- Me siento, ya no estoy de pie…
- Me tumbo y le coloco encima de mí
- Le pongo a mi lado, le acaricio y le canto
- Le acerco a su colecho y me pongo de lado “cerrando” la cuna con mi cuerpo
Aunque parezca un proceso muy largo, podemos ir incorporando cada paso cada 2-3 días y en poco más de dos semanas habremos dado un cambio muy grande que nos va a aportar grandes beneficios a todos.
Apoyar sin límites al peque mientras estas nuevas dinámicas van ocurriendo
Deshacer rutinas muy instaladas entre vosotros y que ocurran otras nuevas puede ocasionar resistencia, es totalmente esperable, a nuestro cerebro no le gusta que le cambiemos la forma en la que sabe hacer algo.Tu disponiblidad de apoyo debe ser absoluta, sin límite de tiempo, sin límite de apoyo.
Esto es, estar el tiempo que sea necesario, no tener prisa, no querer huir de ese enfado, por el contrario, sostenerlo, abrazarlo, dar también espacio cuando el enfado sea intenso y no quiera ese contacto, estar disponible, con una escucha activa para ver de qué manera podemos ser más útiles en cada momento
Es fundamental tener paciencia y comprensión durante el proceso de transición, ya que cada niño tiene su propio ritmo y tiempo para adaptarse a los cambios y SIEMPRE que tu peque llore, sosténle en tus brazos, esto es clave, necesita ese contacto físico para recuperar la regulación.
Si leyendo el post has sentido que necesitas ayuda para poder trazar ese plan personalizado que os lleve a tener nuevos apoyos con los que te sientas mejor en este momento, y quieres hacerlo desde el apoyo absoluto a tu peque, podemos ver cómo trazar esa estrategia a vuestra medida.
Para ello, el primer paso es agendar una cita de valoración gratuita conmigo o alguien de mi equipo, sin compromiso, para que podamos ver si podemos ayudaros.